jueves, 10 de febrero de 2011

RIGLOTERAPIA

El año pasado puse una guindillita final consiguiendo mi vía de escalada más difícil. Esto consiguió darme un puntito más de motivación, pero cual fue mi sorpresa, cuando al intentar escalar el fin de semana siguiente, uno de mis dedos decidió dejar de estar operativo y mandarme calambres cada vez que intentaba usarlo. Los días que probé la vía notaba una pequeña molestia, que para nada me impidió ir una y otra vez hasta conseguirla. Sin embargo, una vez hecha, el dolor aumentó de repente. Fue cómo si el dedo supiese que ya habíamos dejado el trabajo hecho, y decidió tomarse un mes de vacaciones.

Este fin de semana por fin ha vuelto a ser el mismo de siempre, el sábado pude empezar de nuevo con mis proyectos en Alquézar y el domingo disfruté como una enana en Riglos. Nada mejor para levantar el ánimo que una sesión de Rigloterapia. La ascensión fue por una vía que ya había probado, pero agradecí volver a intentarla, la primera vez fue una ascensión “in extremis” con mi compañera de cordada “edelweiss azul” que nos costó casi, casi, sudores y lágrimas, sudores por lo menos… Esta vez estaba más centrada, fue la única vía del día, lo que me permitió ir más relajada y mi estado anímico era de euforia total, (¡¡mi dedo estaba funcionando!!) y por supuesto, mi compañero de cordada Valenzuela y todo su equipo me hicieron sentir genial, una ascensión marcada por el buen ambiente y las ganas de disfrutar de un día riglero.

No sé por qué cuando las cosas no van bien, me siento triste o hay algo que me preocupa, elijo como destino para los días de descanso Riglos. Tiene algo mágico que me hace sentir bien y vuelvo a casa con la sensación de que todo ha pasado, que los problemas han desaparecido; aunque posiblemente tras esa visita lo que ha cambiado es, únicamente, mi percepción del problema.

Este último mes, la lesión y la falta de tiempo libre habían conseguido desmotivarme casi al 100%. Es curioso como cualquier pequeño detalle, puede levantar o bajar nuestra moral de un día para otro. Así que aprovecharé este momento de optimismo anímico y dejaré que los días vayan pasando…

"Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica. Esa fuerza es la voluntad." (Albert Einstein)

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