martes, 26 de febrero de 2013

El tamaño ideal


Ayer tocó jornada de reflexión… Uf! No sé porque me empeño en reflexionar si luego no me sienta nada bien, pero las cosas pasan y mi cabecita las empieza procesando muy bien, pero llega un momento en el que chocan con la pared frontal del cerebro y de repente, todo cambia.
Qué pasa cuando le tienes mucho cariño a alguien, pero en determinados momentos te hace sentir tan “pequeñita”, que ese cariño se torna en duda? El problema lo tengo yo, que me vuelvo “pequeñita”?? o, realmente esa demanda de atención constante hace que los demás quedemos relegados a un segundo plano?? Seguramente sea lo primero… yo creo que a todos nos gusta que ¡¡¡nos quieran!!, siempre teniendo claro que las personas nos unimos por afinidad y que eso es lo bonito de la convivencia, conocer y descubrir cada día personas que van a convertirse en seres muy especiales, y que sin embargo otras quedaran detrás de una fina línea que marcaremos o nos marcaran por todo lo contrario.
Mi reflexión viene generada por esas personas que, más que cariño, necesitan admiración y reconocimiento público cada momento. Personas bonitas al final, pero que en la convivencia demandan esa atención y provocan que, en determinadas ocasiones, yo me sienta muy “pequeña” socialmente hablando, y que me cueste verlas. Qué pasa cuando el sentimiento de cariño y de “malestar” van tan a la par?? Bueno…, no voy a ser injusta, no van a la par… Si fuesen a la par no habría duda. El problema surge cuando la relación es perfecta y este pequeño malestar condiciona la convivencia.
Tras un día de reflexión, he llegado a la conclusión, de que debo dejar de pensar. Posiblemente yo me sienta así porque en esos momentos en concreto, mi lugar en el mundo ya esté bastante reducido por otros motivos y cualquier cosa es excusa para querer desaparecer. Mantenerse siempre en el mismo tamaño es tan difícil!!
Sin embargo hoy, todo cambió… escribí todo esto ayer, liberando mi mente de esos pensamientos negativos que poco a poco se van haciendo cada vez mas hueco y que elimino sobre unas hojas de papel o a través de una pantalla de ordenador. Hoy, quizá más receptiva a todo lo que acontecía a mí alrededor, una llamada de teléfono, me devolvió a mi tamaño natural, mi metro sesenta estandarizado.
Y es que al final, son más los momentos bonitos que nos regalan las personas que más nos quieren, que los que a veces nos duelen un poquito y que casi siempre, se hacen de forma inconsciente, así que... ¿por qué tenerlos en cuenta?

"Hay que tomar a las personas como son, no existen otras.".- Konrad Adenauer
"Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo.".- Aldous Huxley