lunes, 30 de noviembre de 2009

El Ser Humano... increíble

Es curioso ver cómo el ser humano es capaz de alegrar una vida con, simplemente, una sonrisa, o por el contrario, herir profundamente a otra persona, con simplemente, una palabra.
Cierto es, que nuestro estado de ánimo cambia constantemente y a un ritmo vertiginoso. Podemos levantarnos un día de la cama y sentirnos genial porque ha salido el sol, ayer estuvimos con gente que nos agrada o por fin hicimos esa vía de escalada que llevamos tanto tiempo intentando… y sin embargo, un día más tarde, sin haber pasado nada excepcional, nos levantamos y todo nos sale mal, está lloviendo, nada nos queda bien, se nos cae la tostada, por supuesto, por el lado que está untado, cogemos un atasco impresionante para ir al trabajo, allí un compañero nos hace la vida imposible… y un largo etc. Y llegamos a casa con la sensación de que ha sido un día duro y entristecidos, pero ¿realmente que ha ocurrido para que nos sintamos tan tristes? Nada. Únicamente la pasión con la que miramos a la vida, hace que un día desbordemos alegría y otro sólo lloremos.

Pero yo creo que es fantástico ser capaces de sentir tantísimas cosas a la vez, pasar un día triste porque has discutido o porque alguien lo está pasando mal, o simplemente porque necesitas llorar. Y a la vez poder disfrutar tanto de la compañía de un amigo, de la sonrisa que te ofrece un extraño, que por alguna extraña explicación, tras esa sonrisa deja de parecer tan extraño, del abrazo de una madre o el beso apasionado de la persona que quieres…

Así que, sonríeme cuando me veas; yo intentaré siempre sonreírte…


“Por una mirada un mundo, por una sonrisa un cielo, por un beso… yo no sé qué te diera por un beso” – G.A. Bécquer

sábado, 7 de noviembre de 2009

Marruecos y su magia...

Por fin, después de pasar el veranito en Zaragoza, he podido disfrutar de mis vacaciones ¡que ganas!
Primera semana, ¡cómo no! Un poquito de escalada. Marchamos a Margalef, una escuela en la que siempre me encuentro muy a gusto. El tiempo nos dejó aprovechar los días que estuvimos allí y encontramos la dosis de motivación que íbamos buscando; bueno, quizá era yo quien la buscaba… Dani nunca pierde sus ganas de escalar y de superarse día a día y eso hace que aproveche y disfrute al máximo cada minuto sobre la roca.
Tras esos días de escalada, llegó por fin “nuestro viaje”. No sé muy bien por qué Marruecos me ha gustado siempre tanto, pero es un viaje que necesitaba desde hace tiempo. Un país lleno de color y magia, que a mí, ha conseguido cautivarme.
Todo fue muy fácil, desde que llegamos no nos faltó en ningún momento la ayuda necesaria para poder desenvolvernos con tranquilidad. Alquilamos un par de coches y a funcionar! Objetivo… ¡desierto!. Me parece un lugar misterioso, mágico… allí el mundo se para, llega el atardecer y te encuentras solo, ante un paisaje increíble que sólo te pide que disfrutes de la tranquilidad y el placer de estar allí. Nosotros tuvimos la suerte de poder compartir parte de esa noche mágica con un “tuareg” que nos explicó como es la vida nómada, y la forma tan diferente que tienen de ver y “saborear” la vida.
Al día siguiente, camino de vuelta a Marrakech. Todavía nos quedaban un par de días para vivir la noche marroquí y por supuesto, visitar el zoco… como ir hasta allí y no comprar nada!! Eso no podía ser.
En conjunto la semana fue muy completa, además de todos los lugares que hemos conocido, el tiempo fue buenísimo y la compañía inmejorable, además tuve la oportunidad de conocer un poquito más a uno de los miembros del equipo, que me pareció una persona increíble y con la que me alegro de haber podido compartir esta experiencia.
Queda en mi retina esa imagen del atardecer que consiguió hacerme sentir, por un momento, “especial”…



“El valor de un viaje no está en el tiempo que dura, sino en la intensidad con que lo vives. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables” – Anónimo.