viernes, 26 de septiembre de 2014

VIDAS CONECTADAS


Van pasando los años y todos evolucionamos ¡menos mal!.
Poco a poco nos aceptamos como somos, intentamos mejorar lo que no nos gusta para sentirnos mejor y hacer sentir mejor a los que nos rodean y casi siempre lo conseguimos. Es fantástico recordarnos hace unos años y comprobar cómo hemos cambiado.

Llevo ya varios días pensando en escribirte y aunque las frases van y vienen, siempre me queda una sensación de armonía, felicidad y de complicidad. Sí, porque aunque han pasado muchos años y muchas cosas, creo que siempre ha habido una conexión especial. Nunca hemos compartido grandes momentos, ni tampoco hemos pasado mucho tiempo juntas, de hecho la relación en muchas ocasiones ha sido distante, incluso negativa pero siempre he tenido la sensación de conocerte mucho y de que en el fondo, somos muy parecidas. Quizá por eso, dentro de mis ganas por evolucionar, siempre hayas estado presente hasta ahora.
Desde que nos conocimos hace ya casi quince años, han sido muchos minutos una cerca de la otra, ambas vivimos la misma pasión: ¡escalar!, a ambas nos rodea un círculo de amigos común y hasta yo diría que tenemos una “familia política” en común :-). Sabiendo esto, cualquiera pensaría que se dan todos los ingredientes para una amistad perfecta, pero no ha sido así. La realidad es que muchos de nuestros encuentros han estado marcados por la tensión y la inseguridad y echando ahora la vista atrás, no sé muy bien por qué…
El caso es que, aunque podemos pasar meses sin vernos, en un momento u otro, siempre, terminamos coincidiendo. Y eso es, precisamente, lo que está pasando ahora. El destino quiere que nuestros caminos se crucen todas las semanas en ese rinconcito en la ciudad lleno de presas y buenas vibraciones y, ¿sabes qué? Me alegra verte, me alegra saber que eres feliz y me alegra ver que a base de esfuerzo y disciplina te has convertido en una gran escaladora.
Llego al panel, con la motivación a la altura, más o menos, de la planta de los pies, (porque ya sabes que eso de entrenar nunca ha sido mi fuerte), nos vemos, charramos un rato, probamos bloques juntas (algo impensable hace unos años) y me voy feliz porque lo he pasado genial.

Creo que mi evolución es lenta pero firme y tú formas parte de ella, así que, como soy una convencida practicante, de que “compartida, la vida es más”, quiero compartirlo contigo como mejor sé :-), un relato sincero hoy y quizá mañana una sonrisa acompañada de una taza de café.

Suerte mañana!!!!

martes, 15 de julio de 2014

ARMARIO EMOCIONAL


Mucho tiempo sin asomarme por aquí. He estado muy ocupada, la verdad. Mi armario emocional estaba tan desordenado que pasé meses intentando organizarlo un poco, ¿por qué seré tan obsesiva con el orden?… Cuando todo está mezclado y no sabes por dónde empezar a ordenar las cosas, parece que nunca vayas a poder recomponerlo y conseguir abrir ese armario sin miedo a que todo se caiga.

Cierto es, que tres semanas de vacaciones, han ayudado mucho a poner cada cosa en su sitio o por lo menos, tener claro cuál es su sitio; sin prisa, sin presión, sin interferencias externas… Tres semanas fantásticas!! Reír cada día por cualquier cosa, dormir toda la noche y despertar sonriendo sin saber por qué… en fin, un estado de relajación mental que tenía casi olvidado y que nunca hay que perder de vista.

En este paréntesis de orden y limpieza emocional, hay que destacar el destino del viaje. El año pasado también marchamos allí y disfrutamos tanto que este año no había otro destino posible: CEUSE!!!!!!!!!!! Quince días en el muro más impresionante y motivante del mundo. Roca perfecta, vías exigentes tanto física como mentalmente que generan una sobredosis de euforia y motivación cada vez que consigues llegar a una de sus cadenas. Allí da igual que vía pruebes, los vuelos sin motor, los gritos luchando movimientos y el ambiente fanático están presentes desde el 6 A hasta el infinito y eso es genial!! La verdad es que, aunque siempre hemos viajado mucho para conocer diferentes escuelas y entornos, ninguno es como es Ceüse. Esa horita caminando hasta llegar al muro, donde repasas mentalmente los movimientos de la vía que te tiene hipnotizada y te dejas llevar absorta en ese caminar relajado, sin pausa… hasta que, de repente, aparece a cinco minutos de llegar a destino, el muro más impresionante que jamás has visto, es un ratito magnífico. Una vez llegas, por supuesto, toca refresco, bocadillo de nocilla y veinte minutos de “tumbing” al sol que también sientan de lujo. Y tras el descanso, cada uno a acometer su objetivo y como no, ¡¡¡a volar!!!. (Parecerá una tontería pero creo que esto es lo que al final ha conseguido ordenar mi armario emocional. Tanta adrenalina consecutiva, después de esos pateos diarios metida en mi misma, creo que mandaban cada cosa a su sitio de un plumazo).

Conclusión: cuando tengáis oportunidad de ir a Ceüse, no la dejéis pasar porque merece la pena.

Tras los días por Ceüse, ya habíamos decidido pasar una semana en Bielsa. No sé qué es lo que me hace ir una y otra vez allí, pero me tiene enamorada. Un rincón del pirineo que me encanta y que me relaja muchísimo. 
Llego allí y la mala energía se desvanece, simplemente, de repente, no existe… Creo que eso es lo que consigue que allí esté también muy motivada. A priori no debería ser uno de mis rincones favoritos: sector pequeño con vías desplomadas, chapas lejos, bloqueos “anti-Silvia” y chorreras… buf!! Es como aquel plato de comida que no lleva ni un solo ingrediente que te guste. Sin embargo, mi mente se ha afincado allí y no quiere salir. Allí he descubierto otra forma de escalar, no ha sido de forma consciente, sólo llego al sector y surge. No hay presión, ni ganas de encadenar, ni estrés… Simplemente me pongo los gatos, pulso el “on” en mi iPod y escalo; unas veces al límite, otras hasta donde me deja la cabeza, pero siempre bajo del sector con sensación de satisfacción total haga lo que haga y esto, sólo me pasa allí. 
 Normalmente siempre llega ese momento de presión en el que ya sólo pienso en encadenar esa vía que tengo a punto y que me trae de cabeza, o ese momento de frustración cuando llega el inevitable momento del “retropegue”. En Bielsa no, y eso me mantiene con una motivación constante; allí sólo se trata de disfrutar!! 
 
Han sido tres semanas preciosas en las que Dani y yo hemos disfrutado muchísimo de los días de sol, de lluvia, de las vías escaladas, de un monton de excursiones y de amigos que encontramos por el camino; pero lo más importante es que, cada día que pasa, disfrutamos de muchas más cosas por el simple hecho de hacerlo juntos y esa sensación es maravillosa. 

Así que, después de tres semanas vacacionales perfectas, casi, casi podría decir que mi armario emocional está impoluto, pero voy a ser prudente y seguir realizando labores de limpieza diarias. Al final “limpiar sobre limpio” siempre es más fácil ;)



Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".- Friedrich Nietzsche

-“Yo… no puedo creerlo…” -“Ya, por eso has fallado”.- Parte de diálogo de Star Wars

martes, 14 de enero de 2014

DESEO...

Ayer leí este fragmento y me gustó muchísimo, así que ahí va!! Deseemos, apasionémonos y soñemos!! :

"Desear. Soñar. Imaginar que lo tienes con tanta intensidad que lo tocas… Que lo rozas y percibes su aroma cuando el viento te acaricia la nariz.

Saber quién eres. Saber quién no quieres nunca llegar a ser.

Qué no vendes, qué no compras, qué no quieres perder y qué estás dispuesto a sacrificar para poder ganar. Saber ganar sin perder la esencia, ni la humildad. Saber perder sin dejarse las ganas de volverlo a intentar por el camino. Tener claro a qué no vas a renunciar. Qué no desperdiciar ni dejar que se agote… Qué dejar pasar. Qué sujetar fuerte para que nunca se escape. Qué soltar para descubrir si vuelve o se desvanece.

Qué aprender y qué olvidar o al menos intentarlo. Qué tatuarte en el alma para recordar.

Saber buscar. Saber encontrar. Saber perder las pupilas por los rincones hasta que aciertan en lo auténtico. Encontrar lo único. Distinguirlo de lo vulgar. Agarrarlo y hasta llorar. Llorar si no lo puedes agarrar.
Respirar y dejar que el aire meta un pedazo de mundo en tus pulmones, esbozar una sonrisa antes de tener ganas para que te vengan ganas, si vas flojo de vida y de ilusión. Arriesgar. Madurar. Sujetarse a la vida por un sueño. Cerrar los ojos y dejar de pensar. Actuar.
Correr. Saltar. Apasionarse con lo mínimo. Exprimirlo al máximo. Detenerse a contemplar lo que pasa y moverse para que pase… Y no parar hasta llegar. Tal vez sin saber adónde. Sin recordar el por qué. […]

Descubrir lo que te engancha, lo que te invade los sentidos y rompe tus barreras, lo que te inunda la conciencia, lo que te suelta las cadenas y te libera de mordazas. Lo que te seduce y revuelve. Lo que no puedes ni quieres evitar. Lo que evitas no poder…

Caminar. Que los pies te lleven, que te duelan. Que recuerden el recorrido y, un día lejano, te ayuden a regresar.
Bajar la vista y descubrir un tesoro. Mirar al cielo y ser nube. Mirar al horizonte y ser mar. Dejarse querer. Dejarse besar y dejarse llevar por el calor. Ser vapor. Dejarse la fatiga en casa y bailar. […]

Descubrir que no puedes porque no quieres, que nunca has querido. Buscar excusas y deslizarse medio dormido ante la propia compasión. Arrastrarse ante mil complejos e inventar mil argumentos para no decidir. Decidir que no decides… Que vives en pausa. Que tragas tiempo hasta conseguir saber qué rayo te alcanza. Qué subsistes mientras no logras existir…

Y al caer la noche, pensar. Recapacitar. Susurrar perdón y acurrucarse a un lado de la vida para esperar a que llegue la mañana y todo vuelva a empezar.

Desear. Desear tanto que el estómago se te encoge al soñar y tus hombros se estremecen al imaginar. Querer que pase. Notar que pasa de tanto querer. Tocarlo, degustarlo sin aún poderlo ver. […]


Soñar. Saber notar cuando está cerca. Saber que está cerca sin notar…"