Primera semana, ¡cómo no! Un poquito de escalada. Marchamos a Margalef, una escuela en la que siempre me encuentro muy a gusto. El tiempo nos dejó aprovechar los días que estuvimos allí y encontramos la dosis de motivación que íbamos buscando; bueno, quizá era yo quien la buscaba… Dani nunca pierde sus ganas de escalar y de superarse día a día y eso hace que aproveche y disfrute al máximo cada minuto sobre la roca.

Todo fue muy fácil, desde que llegamos no nos faltó en ningún momento la ayuda necesaria para poder desenvolvernos con tranquilidad. Alquilamos un par de coches y a funcionar! Objetivo… ¡desierto!.

Al día siguiente, camino de vuelta a Marrakech.

En conjunto la semana fue muy completa, además de todos los lugares que hemos conocido, el tiempo fue buenísimo y la compañía inmejorable, además tuve la oportunidad de conocer un poquito más a uno de los miembros del equipo, que me pareció una persona increíble y con la que me alegro de haber podido compartir esta experiencia.
Queda en mi retina esa imagen del atardecer que consiguió hacerme sentir, por un momento, “especial”…
“El valor de un viaje no está en el tiempo que dura, sino en la intensidad con que lo vives. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables” – Anónimo.
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