sábado, 5 de septiembre de 2009

Eriste, un objetivo

Durante varios años, el objetivo ha estado ahí. Nos ha esperado firme, paciente… y por fin este año decidimos hacerle una visita. ¿Por qué tardar tanto?... seguramente por creer que no era el momento.
La subida fue dura. En principio, pintaba bien, hora perfecta, clima perfecto, marcha sobre el horario previsto… Pero la perfección duró poco, ¡nos perdimos! Un pastor nos devolvió de nuevo al camino y …¡¡hasta arriba!! El ibón de Millars me pareció precioso, y según íbamos subiendo, descubrimos que a pocos metros había algún ibón más. El tramo final, para mi gusto, demasiado duro, varios metros de piedras enormes que no había por donde cogerlas, y por último una cresta muy cortita que nos llevó hasta la cima. Aunque no pudimos disfrutar como nos hubiese gustado de ese momento, por el clima, la verdad es que da mucha satisfacción llegar allí arriba y mirar alrededor.
La bajada fue un poco más complicada… en total fueron muchas horas y cuando físicamente no se está preparado, eso pasa factura. Gracias a Dani, ese momento en el que mis rodillas me habían abandonado, pasó rápido y llegamos junto al resto del equipo.
Al día siguiente, como no, bañito y relax total.
¡Que bonito ir cumpliendo objetivos!

“Los obstáculos son esas cosas horrorosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta” – Henry Ford

No hay comentarios:

Publicar un comentario