martes, 15 de julio de 2014

ARMARIO EMOCIONAL


Mucho tiempo sin asomarme por aquí. He estado muy ocupada, la verdad. Mi armario emocional estaba tan desordenado que pasé meses intentando organizarlo un poco, ¿por qué seré tan obsesiva con el orden?… Cuando todo está mezclado y no sabes por dónde empezar a ordenar las cosas, parece que nunca vayas a poder recomponerlo y conseguir abrir ese armario sin miedo a que todo se caiga.

Cierto es, que tres semanas de vacaciones, han ayudado mucho a poner cada cosa en su sitio o por lo menos, tener claro cuál es su sitio; sin prisa, sin presión, sin interferencias externas… Tres semanas fantásticas!! Reír cada día por cualquier cosa, dormir toda la noche y despertar sonriendo sin saber por qué… en fin, un estado de relajación mental que tenía casi olvidado y que nunca hay que perder de vista.

En este paréntesis de orden y limpieza emocional, hay que destacar el destino del viaje. El año pasado también marchamos allí y disfrutamos tanto que este año no había otro destino posible: CEUSE!!!!!!!!!!! Quince días en el muro más impresionante y motivante del mundo. Roca perfecta, vías exigentes tanto física como mentalmente que generan una sobredosis de euforia y motivación cada vez que consigues llegar a una de sus cadenas. Allí da igual que vía pruebes, los vuelos sin motor, los gritos luchando movimientos y el ambiente fanático están presentes desde el 6 A hasta el infinito y eso es genial!! La verdad es que, aunque siempre hemos viajado mucho para conocer diferentes escuelas y entornos, ninguno es como es Ceüse. Esa horita caminando hasta llegar al muro, donde repasas mentalmente los movimientos de la vía que te tiene hipnotizada y te dejas llevar absorta en ese caminar relajado, sin pausa… hasta que, de repente, aparece a cinco minutos de llegar a destino, el muro más impresionante que jamás has visto, es un ratito magnífico. Una vez llegas, por supuesto, toca refresco, bocadillo de nocilla y veinte minutos de “tumbing” al sol que también sientan de lujo. Y tras el descanso, cada uno a acometer su objetivo y como no, ¡¡¡a volar!!!. (Parecerá una tontería pero creo que esto es lo que al final ha conseguido ordenar mi armario emocional. Tanta adrenalina consecutiva, después de esos pateos diarios metida en mi misma, creo que mandaban cada cosa a su sitio de un plumazo).

Conclusión: cuando tengáis oportunidad de ir a Ceüse, no la dejéis pasar porque merece la pena.

Tras los días por Ceüse, ya habíamos decidido pasar una semana en Bielsa. No sé qué es lo que me hace ir una y otra vez allí, pero me tiene enamorada. Un rincón del pirineo que me encanta y que me relaja muchísimo. 
Llego allí y la mala energía se desvanece, simplemente, de repente, no existe… Creo que eso es lo que consigue que allí esté también muy motivada. A priori no debería ser uno de mis rincones favoritos: sector pequeño con vías desplomadas, chapas lejos, bloqueos “anti-Silvia” y chorreras… buf!! Es como aquel plato de comida que no lleva ni un solo ingrediente que te guste. Sin embargo, mi mente se ha afincado allí y no quiere salir. Allí he descubierto otra forma de escalar, no ha sido de forma consciente, sólo llego al sector y surge. No hay presión, ni ganas de encadenar, ni estrés… Simplemente me pongo los gatos, pulso el “on” en mi iPod y escalo; unas veces al límite, otras hasta donde me deja la cabeza, pero siempre bajo del sector con sensación de satisfacción total haga lo que haga y esto, sólo me pasa allí. 
 Normalmente siempre llega ese momento de presión en el que ya sólo pienso en encadenar esa vía que tengo a punto y que me trae de cabeza, o ese momento de frustración cuando llega el inevitable momento del “retropegue”. En Bielsa no, y eso me mantiene con una motivación constante; allí sólo se trata de disfrutar!! 
 
Han sido tres semanas preciosas en las que Dani y yo hemos disfrutado muchísimo de los días de sol, de lluvia, de las vías escaladas, de un monton de excursiones y de amigos que encontramos por el camino; pero lo más importante es que, cada día que pasa, disfrutamos de muchas más cosas por el simple hecho de hacerlo juntos y esa sensación es maravillosa. 

Así que, después de tres semanas vacacionales perfectas, casi, casi podría decir que mi armario emocional está impoluto, pero voy a ser prudente y seguir realizando labores de limpieza diarias. Al final “limpiar sobre limpio” siempre es más fácil ;)



Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".- Friedrich Nietzsche

-“Yo… no puedo creerlo…” -“Ya, por eso has fallado”.- Parte de diálogo de Star Wars